ÚLTIMAS NOTICIAS 🚨 “¡CANCELEN LOS JUEGOS OLÍMPICOS!” Michael Phelps expresó su indignación y LLAMO AL BOICOT DE LOS JUEGOS por “PERMITIR” que Lia Thomas compitiera en el equipo femenino: “Si no es una mujer de verdad, ¿por qué se le permite competir? ¿Dónde está la justicia para las demás chicas?”. Tras la declaración de Michael Phelps, la venta de entradas para los Juegos Olímpicos de 2028 cayó casi un 40%, dejando al comité organizador ante una crisis sin precedentes en la historia.
En un giro inesperado que ha sacudido los cimientos del deporte mundial, Michael Phelps, el nadador más condecorado de la historia olímpica con 28 medallas, ha elevado su voz contra lo que considera una injusticia flagrante en la natación femenina. En una entrevista exclusiva transmitida este fin de semana por un canal deportivo estadounidense, Phelps no se contuvo y lanzó un llamado directo al boicot de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Su blanco: la posible participación de Lia Thomas, la nadadora transgénero que ha generado un torbellino de debates sobre equidad de género en el deporte de élite.

“¡Cancelemos los Juegos Olímpicos si esto continúa!”, exclamó Phelps con visible indignación, su rostro endurecido por años de batallas en la piscina. “Si no es una mujer de verdad, ¿por qué se le permite competir contra las chicas que han entrenado toda su vida en desventaja? ¿Dónde está la justicia para las demás atletas femeninas, que ven cómo sus sueños se evaporan por decisiones que ignoran la biología básica?”. Estas palabras, pronunciadas con la autoridad de quien ha dominado el deporte, han desatado una tormenta mediática inmediata. Phelps, quien en 2022 ya había calificado la situación de Lia Thomas como “muy complicada” y comparado su participación con el dopaje, ha endurecido su postura. Ahora, no solo cuestiona las reglas; insta a un boicot masivo que podría paralizar el evento más emblemático del planeta.

El contexto de esta explosión no es nuevo, pero ha cobrado frescura con el acercamiento de los Juegos de 2028. Lia Thomas, nacida como hombre y quien transitó en 2019, irrumpió en la escena en 2022 al convertirse en la primera nadadora transgénero en ganar un título de la NCAA en la categoría femenina, el campeonato de 500 yardas libres. Su victoria, con un tiempo de 4:33.24, pulverizó récords y desató críticas de atletas como Riley Gaines, quien la acusó de robar oportunidades a las mujeres cisgénero. Thomas, respaldada inicialmente por la NCAA y la Ivy League, enfrentó un revés en 2022 cuando World Aquatics (antes FINA) implementó reglas estrictas: las mujeres trans que hayan pasado por la pubertad masculina quedan excluidas de las competencias élite femeninas, salvo que la transición ocurra antes de los 12 años.

Thomas no se rindió. En enero de 2024, apeló ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (CAS), buscando revertir la prohibición para competir en París 2024. Su caso fue desestimado en junio de ese año por falta de legitimación, sellando su exclusión de los Juegos. Pero el debate no murió. En julio de 2025, el Comité Olímpico y Paralímpico de EE.UU. endureció sus políticas, alineándose con World Aquatics y vetando explícitamente a mujeres trans en eventos femeninos. Fuentes cercanas indican que Thomas, ahora de 26 años, planea un nuevo desafío legal enfocado en Los Ángeles 2028, argumentando discriminación bajo la Carta Olímpica. “Esto no es sobre odiar a nadie; es sobre proteger la integridad del deporte femenino”, ha reiterado su equipo legal, aunque sin avances concretos hasta la fecha.
La declaración de Phelps ha llegado en un momento crítico, justo cuando los organizadores de LA28 comenzaban a calentar motores para la venta de boletos, programada para inicios de 2026. El impacto ha sido devastador: según datos preliminares filtrados por el Comité Organizador LA28, las preventas y reservas de entradas han plummeted casi un 40% en las últimas 72 horas. Familias y aficionados, muchos de ellos padres de nadadoras juveniles, han cancelado pedidos en masa, citando en redes sociales frases como “No apoyaré un evento que traicione a las mujeres”. El portal de boletos, aún en fase de registro, registró un éxodo de más de 150.000 usuarios inscritos, un golpe que deja al comité ante una crisis sin precedentes. Históricamente, las ventas para Los Ángeles 1984 superaron expectativas pese a temores de boicot; hoy, el espectro de un vacío en las gradas amenaza con emular el fiasco de Moscú 1980.
El Comité Olímpico Internacional (COI) ha respondido con cautela. En un comunicado emitido esta mañana, el presidente Thomas Bach instó a “un diálogo inclusivo” y defendió las políticas de World Aquatics como “protegidas contra la discriminación arbitraria”. Sin embargo, voces disidentes multiplican. Atletas como Mollie O’Callaghan, la australiana oro en 200 metros libres en París 2024, han sido arrastradas a la polémica por citas falsas en redes que la tildaban de “insulto” compartir piscina con Thomas; Swimming Australia desmintió todo, pero el daño a la imagen ya está hecho. En EE.UU., legisladores republicanos como Marjorie Taylor Greene han aplaudido a Phelps, proponiendo enmiendas al presupuesto olímpico condicionadas a “categorías basadas en biología”.
Phelps, consciente del peso de sus palabras, no retrocede. En una posterior publicación en Instagram, con millones de seguidores, reiteró: “He competido limpio toda mi vida. No puedo quedarme callado mientras se erosiona el campo de juego equitativo. Apoyo a Lia como persona, pero el deporte exige reglas justas”. Su llamado al boicot ha inspirado campañas virales: #CancelLA2028 acumula 2 millones de interacciones en X, con testimonios de nadadoras que abandonan el deporte por “falta de esperanza”. Expertos en marketing deportivo advierten que esta crisis podría costar cientos de millones en ingresos perdidos, forzando recortes en patrocinios de gigantes como Nike y Coca-Cola, que ya enfrentan presiones de activistas conservadores.
Mientras tanto, Thomas permanece en silencio, enfocada en entrenamientos privados. Su entrenador, quien pidió anonimato, revela que “Lia sueña con Los Ángeles, pero sabe que la batalla es más grande que ella”. Organizaciones como Athlete Ally condenan el “acoso transfóbico” y llaman a soluciones como categorías abiertas, pero el COI parece inclinado a mantener el statu quo. Con menos de tres años para 2028, el mundo deportivo contiene el aliento: ¿prevalece la inclusión o la equidad biológica? La indignación de Phelps no solo ha herido ventas; ha expuesto una fractura profunda en el alma olímpica, donde medallas y derechos humanos chocan en aguas turbulentas. El boicot, por ahora, es una amenaza; pero si no se actúa, podría convertirse en realidad, dejando piscinas vacías y un legado manchado para siempre.